NECESIDAD / RETO

Folls, "chalado" en catalán, es un restaurante familiar que nace como punto de encuentro entre quienes buscan dejarse cuidar a través de sus platos tradicionales, descubrir nuevos vinos y todo en un ambiente de francachela. Y ahí es donde nacía su necesidad: encontrar una voz que pusiera balance al saber hacer de su cocina y la popularidad de los servicios que ofrecen.

INSPIRACIÓN / IDEA

Como respuesta a esa dualidad, buscábamos un tono de comunicación que fuese capaz de hablar, al mismo tiempo, de una forma rigurosa y humorística. Y es ahí donde nos inspiramos en las ilustraciones editoriales y tiras cómicas. Concisas y críticas, con un fondo agudo y cómico.

SOLUCIÓN

De la mano con Senyor González, con un estilo genuino y un tanto impersonalizado, dimos vida al que sería el primer “foll” del restaurante. Un personaje que se cuela entre bastidores de forma simpática, conectando con la clientela y convirtiéndola en co-protagonista de sus hazañas.

El nombre del restaurante, “Folls”, se utiliza también como parte del tono de voz; integrándolo en distintos mensajes con la intención de convertirlo en un adjetivo actitudinal.

Una vez al año, además, Folls produce su propio vino. Una edición limitada de poquísimas botellas que solamente algunos tienen la ocasión de descubrir. Por ello, la etiqueta pretende, de una forma fácil, otorgarle esa distinción a quien lo consigue; siendo posible llevártela contigo, con la fecha en que la tomaste marcada por el servicio a la hora de servirlo e indicando el número de botella de una forma que integra al consumidor convirtiéndolo en un Foll más.